Acabo de sostener una larga discusión con una amiga. Partió del modo más absurdo, su nickname en msn: "amo a Jordi Castell". Como yo tengo cierto recelo por este personaje (no por su tendencia sexual, sino por su forma de referirse a los judíos), le plantee mi oposición a su nickname. "Me importa una raja como piense, me gusta como baila", lo que levantó polvo a un abierto debate sobre si podemos disasociar los actos de las personas de sus pensamientos. Personalmente creo que no, creo que a las personas hay que valorarlas por su totalidad, de la cual parte imprescindible son sus posturas, más aun si estas son excluyentes o intolerantes, sin importar contra quien sean.
Por lo anterior, pienso que cualquier expresion intolerante (salvo la intolerancia a la intolerancia) debe ser juzgada y mesurada a cualquier costo. Ojo, no me refiero directamente a estar en desacuerdo con algun grupo social, sexual o religioso, no, me refiero a odiarlo por el hecho de pertenecer a él, a la generalización estereotipada que subyuga a una persona bajo el prejuicio de su grupo.
Es por eso que yo soy partidario de sancionar a ese tipo de manifestaciones, no mandandolos a lo hoguera ni tirandole piedras, simplemente quitándoles mi apoyo. Si es político, no voto por el; si es empresario, no compro sus productos; y si es artista, no lo veo. No lo hago porque hayan hablado en contra de MI grupo de pertenencia, sino que contra cualquiera. Es por eso que no voy al Spa Mund, al gimnacio Go, al Club de Golf Los Leones y un largo etcetera. Creo que es un deber que nos corresponde a todos y no solo a los ofendidos puntualmente. "No ha hablado mal de mi" ¿es eso cierto? finalmente al intolerar a cualquiera, damos rienda suelta a ser los siguiente.
Primero vinieron por los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí, pero para entonces ya no quedaba nadie que dijera nada.
Jordi Castell es un caso puntual e irrelevante... ¿pero dónde trazamos la línea? ya se que me estoy poniendo grave y que cada uno tiene derecho a opinar lo que quiera... obvio, el tema es que a mi modo de ver las opiniones deben ser fundadas y tolerantes. Claramente yo no soy igual a todos los judíos del mundo; deben haber muchos que sean malos, asesinos, violadores, ladrones, estafadores... pero eso no me convierte a mi en alguien así. Así como deben haber muchos inteligentes, buenos, creativos, talentosos... que tampoco me homologa a ellos mi condición religiosa.
Mi llamado es a intolerar la intolerancia y hacer causa comun, sin esperar que nos ataquen directamente a nosotros. Jordi Castell es solo la excusa inocua de un tema mayor.
He dicho.